Una misión pontifical.
Hace 300 años que Juan Bautista de La Salle murió y que los Hermanos de las Escuelas Cristianas continuaron comprometidos con la misión educativa y evangelizadora a los más necesitados. Desde aquel 7 de abril de 1719 hasta nuestros días, los Hermanos de la Salle han expandido su obra por todo el mundo. Su compromiso, tender puentes entre personas y entre las personas y Dios.
La educación es, sin lugar a dudas, un gran puente entre la persona y la sociedad. Lo es porque en La Salle, no solo enseñamos contenidos sino que diseñamos estructuras de aprendizaje que van formando a nuestros alumnos como personas. A través de nuestro Proyecto Educativo, verticalizamos las habilidades y competencias para que les sirvan de recursos en el futuro. Así lo decimos como Institución, así lo analizamos y trabajamos en nuestros claustros de profesores.
Para poder llevar a cabo nuestra misión educativa, san Juan Bautista de La Salle cimentó la estructura del Instituto en la formación de los Hermanos y de los educadores; en una pedagogía emocional, la cooperación (comunidad), la justicia, el compromiso, la reflexión… Esta es la razón del porqué para La Salle la formación permanente de nuestros educadores se plantea como una inversión al servicio de la misión. La formación continua de los educadores es, por lo tanto, un puente en la mejora de la calidad de la enseñanza.
Construir puentes es una tarea compleja. Por ello no todas las antiguas civilizaciones han sido capaces de construir grandes puentes que salven grandes accidentes geográficos. Sólo los imperios más desarrollados lo consiguieron, destacando entre todos ellos el Imperio Romano. Uno de los títulos más importantes que recaía en el emperador era el de Maximus Pontifex, el máximo constructor de puentes, cuya responsabilidad era tender puentes entre la sociedad romana y los dioses.
En La Salle tenemos como valor esencial la trascendencia. Nuestro compromiso como Institución religiosa es construir, mantener y hacer accesible ese puente para que cualquier miembro de la Comunidad Educativa pueda travesarlo. Los cimientos sobre los que se apea la estructura que lo sostiene es el valor de la Identidad. Sus cargas son la colaboración, el servicio, la justicia, la mirada hacia la necesidad, la respuesta creativa, la fe en uno mismo, en Dios y en la comunidad y su compromiso social. Nuestras aciones, en todas nuestras obras, son los anclajes o claves que lo aguantan y lo hacen resistente . Por eso decir que somos La Salle, es obrar con sentido de pertenencia, desde la identidad y con vocación.
Una dinámica trascendente.
Los profesores de La Salle l’Alcora, con el objetivo de reflexionar sobre nuestra labor educativa y de crear nexos de unión entre el claustro y también con la comunidad de Hermanos, el pasado martes día 30 de octubre, realizaron la dinámica de construir puentes.
La delegada de Identidad del centro dividió a todos los educadores participantes en cuatro grupos. Cada grupo debía construir con periódicos un puente de una luz mínima por el que debía pasar un objeto concreto y resistiera el peso de una persona del claustro. En cada grupo había un observador que tenía como objetivo observar al grupo y apuntar cómo se daba con la solución y cómo se materializaba. Los cuatro grupos tuvieron una hora para discutir la mejor solución, materializara y probarla ante el claustro. Los observadores el tiempo suficiente para que, sin ayudar en nada a los grupos asignados, escribir y comentar las reacciones de los diferentes miembros grupos.
Al terminar la dinámica se presentaron tres puentes que seguían las reglas de la dinámica, de las cuales sólo uno superó la prueba del peso. Otra solución fue descartada por no cumplir las normas, aunque sí fue una solución muy creativa.
La conclusión fue muy enriquecedora. Las aportaciones del claustro manifestaron la reflexión sobre nuestra labor mediadora entre el saber y saber ser y hacer. Somos constructores de puentes para nuestra sociedad a través de la educación y también, estamos abiertos a la trascendencia, tendemos puentes y acompañamos a nuestros alumnos en su vida educativa y más allá de ella. Buscamos y educamos en la inclusión, la justicia, la igualdad, la participación, el respeto y la cooperación con creatividad.
Decir que Somos La Salle es materializar la alegría con la que nos identificamos vocacionados.