En nuestra “guarde” utilizamos las provocaciones como herramienta de experimentación y juego de los más pequeños. Entendemos por provocación la invitación o sugerencia, colocada en un rincón del aula que invita a los niños a participar, a interesarse por lo que hay preparado, a explorarlo, a utilizarlo y por lo tanto aprender por descubrimiento.
Raquel, su tutora, no les explica lo que hay que hacer, no les sugiere, ni tampoco les dirige el juego; sino que son los niños los que por su curiosidad, su deseo, sus ganas de explorar, de descubrir… los que se acercan al material (si les atrae) y le dan el uso que necesitan en ese momento.
En cada provocación seleccionamos unos materiales diferentes en función de las necesidades e intereses observadas previamente en el aula, estos materiales son preferiblemente naturales o que aporten diferente información sensorial, que combinen entre sí, que permitan expresarse.
Con este tipo de propuestas no hay un único nivel de acabado ni una única forma correcta de realizarlas, sino que se ajusta a las necesidades de cada niño, entendiendo que cada niño es diferente. Lo importante no es un resultado final sino el proceso.
La maestra observando obtiene información sobre cada niño y niña tal cual es, sobre sus necesidades, intereses, desarrollo y su evolución, a la vez que es la figura de referencia para que se sientan seguros y puedan explorar.
A lo largo del primer trimestre, hemos realizado diferentes provocaciones como el otoño, objetos de color azul, tubos, ruedas y cilindros, texturas, telas y disfraces y provocación de elementos Navideños.